Contenido validado por
Dra. Josefina Bascuñán
Subgerente de Gestión Clínica
Las erupciones cutáneas son una respuesta de la piel ante diversos factores externos o internos que alteran su equilibrio. En muchos casos, pueden ser provocadas por alergias: una respuesta exagerada del sistema inmunológico ante sustancias que generalmente son inofensivas para la mayoría de las personas.
En este artículo, gracias a los dermatólogos de IntegraMédica te contamos qué son las erupciones cutáneas, cuáles son sus tipos, sus causas comunes y cómo prevenirlas.
¿Qué son las erupciones cutáneas?
Se trata de un cambio visible en la textura, color, apariencia o sensación de la piel, que se manifiesta como enrojecimiento, picazón, dolor, inflamación, descamación, ronchas, ampollas, pápulas o úlceras.
La piel, al ser la barrera protectora del cuerpo, reacciona a diferentes estímulos que la afectan, y una de las respuestas más comunes es la aparición de erupciones.
Tipos de erupciones cutáneas
Erupciones alérgicas
Ocurren cuando la piel entra en contacto con alérgenos o cuando el sistema inmunitario reacciona a ciertos irritantes. Tres ejemplos corresponden a las siguientes condiciones:
- Dermatitis de contacto: una afección simple de la piel que se caracteriza por erupciones rojas, escamosas y picazón intensa.
- Urticaria: caracterizada por la aparición de ronchas rojas de diferentes tamaños, causadas por alimentos, medicamentos, picaduras de insectos o virus.
- Angioedema: similar a la urticaria, pero afecta las capas más profundas de la piel, provocando hinchazón severa en ojos, labios o lengua.
Erupciones relacionadas con infecciones
Específicamente, del tipo bacteriano, viral o fúngico. Incluyen algunas tales como:
- Eccema herpético: causado por el virus del herpes simple. Suele presentarse como pequeñas ampollas agrupadas que causan dolor y, en casos graves, fiebre o malestar general.
- Varicela: una infección viral que produce pequeñas ampollas con líquido acompañadas de picazón intensa.
- Tiña (dermatofitosis): infección por hongos que causa manchas circulares rojizas, descamativas y comezón.
- Candidiasis cutánea: una infección causada por el hongo Candida, común en las zonas húmedas de la piel (como, por ejemplo, los pliegues que unen las extremidades, las axilas, la ingle o detrás de las rodillas).
Erupciones inflamatorias
Producidas por enfermedades inflamatorias o autoinmunes crónicas. Estas son:
- Psoriasis: placas rojas gruesas y con escamas blanquecinas, presentes comúnmente en codos, rodillas o el cuero cabelludo.
- Dermatitis atópica (eccema): se presenta como piel seca, enrojecida y con comezón, común en personas con alergias, asma o rinitis alérgica.
Erupciones por factores ambientales o físicos
Pueden desencadenar erupciones transitorias o crónicas de la piel. Son dos:
- Sudamina: pequeños granitos o ampollas rojas, que se producen, especialmente en climas cálidos, cuando se usa ropa ajustada y el sudor queda atrapado debajo de la piel debido a la obstrucción de los conductos sudoríparos
- Erupciones solares: producto de la exposición excesiva al sol sin protección. Suelen ser rojas, dolorosas, estar inflamadas y venir acompañadas con picazón.
Erupciones causadas por ciertos medicamentos
- Varían desde erupciones leves hasta graves. Las más comunes se presentan como manchas rojas, ronchas, ampollas o descamación. En casos severos, pueden progresar al síndrome de Stevens-Johnson, una reacción potencialmente mortal que causa ampollas generalizadas y daño en las mucosas.
Causas comunes de las erupciones cutáneas
Existen diversas sustancias a las cuales el cuerpo puede volverse sensible, desencadenando una respuesta alérgica que se refleja en la dermis. Entre ellas se encuentran:
- Alimentos, como frutos secos, mariscos, lácteos o gluten.
- Ciertos componentes presentes en productos cosméticos y productos de higiene personal, como perfumes, colorantes sintéticos, conservantes o disolventes.
- Picaduras de insectos, como mosquitos, abejas, avispas o pulgas.
- Plantas, como la hiedra venenosa o el roble venenoso.
- Pólenes presentes en el ambiente, moho, polvo o caspa de animales.
- Algunos medicamentos, como antibióticos o analgésicos.
- Enfermedades relacionadas con factores genéticos o ambientales, como la dermatitis atópica, el eccema o la psoriasis, que generan erupciones cutáneas recurrentes.
¿Cómo prevenir las erupciones cutáneas por alergias?
Aunque no siempre es posible evitar completamente las erupciones cutáneas, existen medidas preventivas que pueden reducir su aparición y la intensidad de sus síntomas, tales como:
- Identificar y evitar alérgenos
Consultando a un dermatólogo o especialista en alergología que pueda identificar la sustancia específica responsable de las erupciones cutáneas, a modo de reducir o evitar por completo el contacto directo con ella.
- Usar productos hipoalergénicos
Es decir, productos cosméticos, jabones y detergentes sin fragancias ni químicos agresivos, que puedan intensificar la irritación de la piel.
- Mantener la piel bien hidratada
Con cremas hidratantes especiales para pieles sensibles, que ayuden a mantener la barrera cutánea sana y la hagan más resistente a las agresiones externas. Lo ideal es aplicarlas inmediatamente después del baño o el lavado de manos, para evitar que la piel pierda humedad y se reseque.
- Tener mucho cuidado con los alimentos y bebidas que se consumen
Si existe la sospecha o se sabe que se es alérgico a ciertos alimentos y bebidas, evitar su consumo es fundamental para prevenir reacciones alérgicas que puedan afectar la piel gravemente.
- Usar protección solar siempre
Principalmente, porque la exposición a los rayos UV tiende a agravar ciertas afecciones cutáneas, como la psoriasis o el lupus. El sol también puede deshidratar la piel y debilitar su barrera natural, haciéndola más vulnerable a irritantes y microorganismos que causan erupciones cutáneas.
¿Qué hacer si presentas alguno de estos síntomas?
Si notas la aparición de erupciones cutáneas acompañadas de picazón, enrojecimiento o hinchazón, es importante no ignorarlas. En algunos casos, las erupciones pueden ser un síntoma de una reacción alérgica grave que requiere atención médica inmediata. Ahora bien, si los síntomas son persistentes o empeoran, nuestra recomendación es consultar con un dermatólogo lo antes posible, para que proporcione un diagnóstico y tratamiento adecuado.
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