¿Cuáles son los síntomas del Parkinson?

El párkinson es una patología que afecta el movimiento y la calidad de vida de quienes la padecen. A medida que progresa, las dificultades aumentan, pero con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, es posible mantener una buena autonomía y bienestar por más tiempo.

A continuación, gracias a los especialistas de IntegraMédica te explicamos todo lo que tienes que saber sobre esta enfermedad y cuáles son las opciones disponibles para tratarla.

¿Qué es el Parkinson?

Se trata de una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta el sistema nervioso central, provocando la pérdida progresiva de habilidades motoras y otros problemas relacionados con la mente y el sueño.

Ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) en una parte del cerebro llamada sustancia negra comienzan a deteriorarse y dejan de producir dopamina, un neurotransmisor clave para el control del movimiento. Sin suficiente dopamina, los movimientos se vuelven más lentos, rígidos e incontrolables. 

Aunque se desconoce la causa exacta, se cree que factores genéticos y ambientales pueden influir en el desarrollo de esta enfermedad.

Síntomas del Parkinson

Los síntomas del Parkinson pueden dividirse en motores y no motores, y su intensidad varía según la etapa de la enfermedad y la persona que la padece. Entre los síntomas motores se encuentran:

Temblor en reposo

Es el síntoma más característico. Generalmente, comienza en una mano o en los dedos, y con el tiempo, afecta los brazos, las piernas o la mandíbula, especialmente cuando la persona está en reposo.

Rigidez muscular

Los músculos se vuelven tensos, lo que limita la movilidad y flexibilidad, y causa dolor. Esta rigidez puede afectar cualquier parte del cuerpo y provocar posturas anormales.

Bradicinesia (movimientos lentos)

La velocidad y amplitud de los movimientos se reducen de forma progresiva, dificultando tareas cotidianas como abrocharse una camisa, escribir o caminar. También puede provocar una reducción en la expresión facial, conocida como hipomimia.

Inestabilidad postural

Con el avance de la enfermedad, aumenta el riesgo de caídas debido a la pérdida del equilibrio y coordinación. Se presenta entonces una marcha arrastrada y dificultades para girar o cambiar de dirección.

Cambios en la escritura y el habla

La voz tiende a volverse más baja, monótona y menos clara (hipofonía), mientras que la escritura se vuelve más pequeña y difícil de leer (micrografía).

Además de los síntomas motores, el párkinson también puede generar síntomas no motores como:

• Tristeza persistente, falta de interés en actividades y ansiedad, a causa de los cambios en los niveles de dopamina.
• Trastornos del sueño, como insomnio, sueño fragmentado o alteraciones del sueño REM, que incluyen movimientos bruscos y sueños intensos.
• Dificultades cognitivas, como pérdida de memoria o problemas de concentración en las etapas más avanzadas de la enfermedad, que pueden derivar en demencia.
• Problemas digestivos, como estreñimiento.
• Disminución de la presión arterial.
• Fatiga extrema, incluso después de un descanso adecuado.
• Pérdida del olfato (anosmia).

Es sumamente importante acudir con un neurólogo si se presentan cualquiera de estos síntomas, para obtener un diagnóstico preciso y las mejores opciones de tratamiento disponibles.

Etapas del Parkinson

Etapa inicial

Los síntomas son leves y pueden pasar desapercibidos. Uno de los lados del cuerpo puede verse más afectado.

Etapa intermedia

Los síntomas se vuelven más evidentes, afectando ambos lados del cuerpo. La marcha y el equilibrio comienzan a deteriorarse.

Etapa avanzada

La rigidez y la inestabilidad son más severas. Las caídas se vuelven frecuentes y el paciente puede requerir ayuda para realizar actividades diarias.

Etapa final 

La movilidad es extremadamente reducida, y la persona puede necesitar asistencia total para moverse y realizar tareas básicas.

Tratamientos disponibles

Si bien el párkinson no tiene cura, existen tratamientos para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Algunos de ellos son:

• Medicamentos: la levodopa es el tratamiento más efectivo para reponer la dopamina, aunque con el tiempo puede perder eficacia. Otros fármacos, como los agonistas de la dopamina y los inhibidores de la MAO-B, pueden complementar la terapia.
• Terapias físicas: como la fisioterapia y la terapia ocupacional, ayudan a mantener la movilidad y la independencia de la persona con párkinson.
• Estimulación cerebral profunda (ECP): la implantación de electrodos en el cerebro para regular las señales nerviosas. Es una opción ideal para casos avanzados.
• Hábitos saludables: el ejercicio regular, una dieta balanceada y el manejo del estrés contribuyen a ralentizar la progresión de la enfermedad.