
Contenido validado por
Dra. Josefina Bascuñán
Subgerente de Gestión Clínica
El corazón es el motor del cuerpo y cualquier alteración en su ritmo puede ser una señal de alerta. Las arritmias cardíacas pueden pasar desapercibidas, pero reconocerlas a tiempo es clave para prevenir complicaciones graves.
En este artículo, gracias a los cardiólogos de IntegraMédica te explicamos qué son, cómo identificarlas y cuáles son las mejores opciones de tratamiento.
¿Qué es una arritmia cardíaca?
La arritmia cardíaca es una alteración en el ritmo normal del corazón. Puede hacer que los latidos sean demasiado rápidos (taquicardia), demasiado lentos (bradicardia) o irregulares. Estas variaciones pueden deberse a problemas en el sistema eléctrico del corazón y pueden afectar su capacidad para bombear sangre de manera eficiente.
¿Por qué es importante reconocerlas a tiempo?
Detectar una arritmia a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento efectivo y el riesgo de complicaciones, como insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular. Aunque algunas arritmias son benignas, otras pueden ser peligrosas y requieren atención médica inmediata.
Síntomas de la arritmia cardíaca
Aunque las arritmias pueden ser silenciosas, en muchos casos presentan síntomas como:
Palpitaciones cardíacas
Sensación de que el corazón late demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular. Puede sentirse como un «salto» en el pecho, aleteo o golpeteo fuerte sin razón aparente.
Mareos o desmayos
Cuando el corazón no bombea sangre como debe, el cerebro puede recibir menos oxígeno, lo que provoca aturdimiento, sensación de inestabilidad o incluso desmayos repentinos.
Fatiga extrema
Si el corazón no bombea sangre correctamente, los músculos y órganos pueden recibir menos oxígeno y nutrientes, lo que genera cansancio persistente, debilidad o sensación de agotamiento sin causa aparente.
Falta de aire
Un ritmo cardíaco irregular puede dificultar el flujo de sangre oxigenada, causando dificultad para respirar, incluso en reposo o con esfuerzo mínimo.
Dolor o presión en el pecho
Si bien no todas las arritmias generan dolor, algunas pueden provocar una sensación de opresión o incomodidad en el pecho como señal de que el corazón está esforzándose demasiado. Esto puede confundirse con un problema cardíaco más grave, como un infarto.
Sudoración excesiva
Algunas arritmias pueden desencadenar una respuesta del sistema nervioso, provocando sudor frío o repentino, incluso sin actividad física.
Es importante que si se experimenta alguno de estos síntomas con frecuencia o se agravan con el tiempo, acudir a un especialista para una evaluación y diagnóstico oportuno.
Palpitaciones cardíacas: ¿cuándo preocuparse?
Las palpitaciones pueden ser normales después de un esfuerzo físico o una emoción intensa. Sin embargo, si se presentan sin razón aparente, duran varios minutos o se acompañan de mareos y dolor en el pecho, es importante buscar atención médica de inmediato.
Diagnóstico de la arritmia
Para detectar una arritmia, el médico puede solicitar una serie de estudios que incluyen:
- Electrocardiograma (ECG): registra la actividad eléctrica del corazón.
- Holter: un monitor portátil que analiza el ritmo cardíaco durante 24 horas o más.
- Prueba de esfuerzo: evalúa el comportamiento del corazón durante la actividad física.
- Ecocardiograma: muestra imágenes del corazón en movimiento.
Tratamiento para la arritmia cardíaca
Algunas formas de tratamiento para la arritmia cardiaca son las siguientes:
- Prescripción de medicamentos, como reguladores del ritmo cardíaco o anticoagulantes en casos de riesgo de trombos.
- Implantación de un marcapasos para corregir latidos anormales.
- Llevar a cabo una ablación cardíaca, procedimiento que elimina el tejido causante de la arritmia.
- Reducir el estrés, evitar la cafeína y el alcohol, y mantener una dieta balanceada.
Prevención: claves para un corazón sano
Hay claves para proteger el corazón y prevenir la aparición de problemas cardiacos como las arritmias:
- Realizar actividades como caminar o nadar regularmente para fortalecer el corazón.
- Consumir frutas, verduras, proteínas magras y reducir el sodio.
- Incorporar técnicas como meditación y respiración profunda para controlar los niveles de estrés.
- Programar revisiones médicas periódicas con un cardiólogo para prevenir complicaciones a futuro.
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